En el año 490 antes de Cristo, el poderoso Darío, emperador de Persia, hizo que sus tropas atacaran Atenas. Los persas acamparon poco antes, en una gran llanura. Los atenienses, muy corajudos, salieron a darles batalla a pesar de la abrumadora fuerza de los hombres de Darío. Mientras lo hacían, eligieron a un soldado llamado Feidípides para que pidiera ayuda a los aliados de Esparta, grandes guerreros.
Feidípides, seleccionado por ser el más veloz, corrió todo ese día y esa noche en un terreno muy escabroso y llegó a su destino después de haber cubierto 225 kilómetros, nada menos. Apenas entregó su mensaje, volvió a correr de regreso. Unos días más tarde, los espartanos se sumaron a los atenienses. Al finalizar la lucha con el triunfo de los griegos, el comandante le pidió a Feidípides que corriera hasta Atenas, a 37 kilómetros de esa llanura, para contarle al pueblo que ya no había nada que temer.
Pobre Feidípides, todo por ser el más rápido. Sin una queja, salió corriendo a su nueva misión, pero ya no daba más. Al llegar sólo dijo "Victoria, victoria" y cayó muerto, pobre muchacho. Desde entonces se lo honra en toda Grecia. La llanura donde ocurrió la batalla se llama Maratón. Y ese fue el nombre que se le dio a la importante carrera que los griegos incluyeron en sus olimpíadas.
3 comentarios:
¡¡sos mi nuevo segundo mejor amigo de internet!!
Después de la gran G, obvio.. (Google! :P )
Esta alma curiosa encuentra su regocijo en este blog,
SAludos!
ok
Buena historia
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