Lo que suele llamarse memoria fotográfica en la cultura popular es parecido a lo que en el lenguaje científico es llamado memoria eidética. Los eidéticos suelen ser identificados con el Método de Elicitación de Imágenes, en el que a la persona se le hace ver una imagen desconocida colocada sobre un caballete. El sujeto observa la imagen durante 30 segundos, y luego se la retira de la vista. Se le pide a la persona que mire hacia el caballete y que digan qué pueden observar. La gente que tiene memoria eidética dirán con confianza que todavía siguen viendo la imagen como si estuviese presente. O sea que los eidéticos suelen usar el presente para referirse a una imagen que ya no está, y pueden describirla con detalle extraordinario como si la estuviesen viendo realmente. Las imágenes eidéticas pueden durar varios minutos en le memoria, pero no duran para siempre.
El mito común es que alguien con memoria fotográfica puede recordar algo cada vez que quiera, pero no es así. Incluso a veces quienes tienen memoria eidética no recuerdan la imagen completa en detalle, sino algunas partes, y otras a veces las inventan sin darse cuenta de ello. O sea que las imágenes eidéticas no son fotográficas sino que son reconstruidas desde la memoria, que como pasa con otros recuerdos pueden ser alterados por prejuicios o expectativas cognitivas.
Y a pesar de las leyendas populares, la memoria eidética suele ocurrir sólo en niños, no hay casos de adultos identificados, aunque suele ocurrir en personas grandes con retardo mental o en ancianos.
Fuente: Scientific American
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